Un estudio realizado por las investigadoras Macarena Cima (Co-fundadora de Fundación Minga Valpo) y Piera Medina (editora de la revista Planeo, del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, IEUT, y fundadora de Fundación Escala Común), ambas ex estudiantes del Magíster en Desarrollo Urbano del IEUT, plantea la visibilización de la infancia en el territorio mediante el análisis del rol que ha tenido la conocida Ludoteca Merced, en Valparaíso, como instancia que pretende atender la realidad de los niños y niñas del sector en el contexto urbano y territorial.

La construcción de la Ludoteca surgió a partir de la emergencia del mega incendio ocurrido en Valparaíso en abril del 2014, siendo desarrollada y gestionada hasta hoy por la Fundación Minga Valpo, y se ha consolidado como un centro neurálgico del barrio Merced, impactando en la vida cotidiana de los niños/as, sus familias, la comunidad y su entorno.

«Ludotecas Barriales: Reconfiguración territorial desde la infancia: Análisis de un modelo de fortalecimiento comunitario y bienestar infantil en la ciudad,» es el nombre del estudio que recoge la experiencia de la construcción de este espacio, y de las actividades que se realizan para los niños/as del barrio.

Conversamos con sus autoras, para recoger sus motivaciones y la importancia que ambas asignan al hecho de incorporar a la infancia en las distintas instancias de participación de las políticas públicas urbanas y territoriales.

¿Cómo nace la idea de instalación de la Ludoteca Merced?

MC: Nace de una intuición que se fue gestando cuando estábamos participando del proceso de reconstrucción de algunos sectores de los cerros de Valparaíso, luego del incendio de 2014. En los barrios había muchos niños/as, con escaso acceso a oportunidades de esparcimiento social, y relegados a su casa por las tardes, por lo cual la presencia de Minga Valpo, y la de otros voluntarios y voluntarias que realizaban ayudas en el sector, era muy atractiva. Cada día, al retirarnos, observamos que los niños/as comenzaban a mostrar ansiedad por el término de la jornada, y nos dimos cuenta que esto tenía que ver con que se sentían involucrados y partícipes de un proceso colectivo que contaba con varias actividades muy gratificantes para ellos.

PM: Por otra parte, también es cierto que, en general, los espacios comunitarios que existían en aquella fecha (2014), e incluso hasta hoy, estaban muy pensados para los adultos, por lo tanto, los niños/as no contaban con un lugar que acogiera sus necesidades de juego y actividades fuera del tiempo escolar. Ello, sumado a la necesidad de los niños y niñas de participar de experiencias inclusivas, terminó gestando esta idea, que buscaba dar respuesta a la necesidad que estaban teniendo los niños/as, y pensar en un espacio físico que pudiera acogerlos a ellos como público principal, porque de verdad que en términos de equipamiento para la infancia no había nada.

MC: Personalmente participé en el diseño más conceptual de la Ludoteca, cuando hubo que reconvertirla de lo que era inicialmente, una vivienda que habían diseñado los estudiantes de la PUCV en el marco del concurso Construye Solar que dirige el MINVU.

PM: Fueron una serie de reacomodaciones espaciales del inmueble, pero luego vino el proceso de instalación de este lugar en el contexto social del sector, y por eso fue necesario irse reinventando sobre la marcha, evolucionando conforme se observaba que evolucionaban las necesidades de los propios niños y niñas. Fue todo nuevo, nuevo para todos, tanto para quienes construyeron el lugar y dieron forma a la Ludoteca, como para los propios niños y sus familias. Esa amalgama de distintas necesidades permitió armar un prototipo muy acorde a las necesidades del barrio, y siempre teniendo como prioridad a los niños, tratando de evitar imponer una visión particular sin escuchar las necesidades y aspiraciones de la infancia.

El estudio que proponen, de alguna manera, viene a ser una suerte de modelo de gestión para la administración de este espacio. ¿Lo sienten esa manera?

MC: Ese es justamente uno de los focos que aborda el estudio. La Ludoteca tiene muchos valores, en un espacio educativo, pero no formal, sino lúdico, y rescata el hecho de ser un lugar que respeta las necesidades de los niños y niñas, donde ellos son el centro de la gestión, y esta gestión había que, de alguna manera, ordenarla a través de un modelo de trabajo más claro, con una planificación más definida.

PM: Se plantea como una forma de abordar una suerte de vacío que existe respecto de levantar las necesidades de la infancia en la realidad barrial y en las dinámicas socio-territoriales de diversos sectores, a partir de la Ludoteca Merced como dispositivo de transformación barrial, que es un modelo muy interesante para hablar sobre cómo la presencia activa de la infancia impacta positivamente en la planificación de las ciudades en sus distintas escalas.

¿También, el estudio reivindica la importancia de la Ludoteca como lugar de proyección de las necesidades de la infancia en la ciudad?

CM: Yo creo que sí. El hecho de que la Ludoteca sea un espacio que congrega y que sea reconocido por la comunidad es muy relevante, porque resignifica el sentido de entregar un espacio a los niños y niñas, con mayor peso y sentido, más allá del colegio y las instituciones formales, como una instancia que los niños y niñas, y toda su familia y quienes le rodean, se merecen, por lo tanto, la Ludoteca tiene una significancia demasiado grande para el ecosistema social del barrio.

PM: El aporte que se le da al niño y a su familia es importante, porque entendemos que los niños no están solos, sino son parte de una familia y de un contexto social, y desde ese punto la Ludoteca sustenta un poco la falta de espacios para la infancia. En general, es común ver que existen organizaciones sociales y centros comunitarios en los barrios, los cuales generalmente están organizados y pensados para acoger las demandas de los adultos; escasamente (o me atrevo a decir que prácticamente nula) existen lugares de estas características pensados y orientados específicamente en la infancia. Los niños/as hoy cuentan con equipamiento ‘infantil’ en la ciudad asociado principalmente al espacio escolar y los juegos (de cuestionada calidad y estándar) para niños/as en las plazas, y sus hogares. Entonces la Ludoteca complementa esos espacios y brinda mayores oportunidades de desarrollo. Si bien la Ludoteca es un espacio interior, las propias actividades que emanan de ahí se han encargado de impactar hacia el resto de la ciudad, haciendo uso de los espacios públicos locales, intervenciones o participaciones con otras organizaciones locales, como el centro de la tercera edad, juntas de vecinos, y otros, y eso ha hecho que los niños y niñas se empoderen más en sus barrios, se hagan visibles, y puedan hacer más uso del espacio público, todo gracias a un lugar que supo posicionarse como parte del contexto urbano mayor.

¿Cómo funciona la Ludoteca en su aspecto más práctico?

CM: Todos los niños y niñas que vivan en el sector pueden asistir de manera gratuita. No es necesaria una inscripción formal ni tiene un funcionamiento semejante al de un colegio. Van niños de muchos cerros de Valparaíso, y de otros sectores de la ciudad, no solo del barrio. La administración es de la Fundación Minga 100%

PM: Tiene un tinte transversal, para que todo niño y niña que así lo quiera pueda incorporarse y sumarse a todas las actividades que ahí se realizan.

¿Cómo ven al país en materia de inclusión de la infancia en lo que se refiere a planificación de la ciudad en sus diversas escalas?

PM: Tenemos que partir reconociendo que los temas de la infancia son hoy mucho más visibles de lo que eran hace 5 ó 6 años. Por años la infancia fue invisibilizada, en tanto una voz considerada en instrumentos de planificación, salvo excepciones en los PLADECO que considera una participación desde los 16 años. La infancia es una gran ausente en la planificación urbana, sin duda. Estamos muy atrasados como país respecto de incluir a los niños y niñas en la construcción de ciudad, no tenemos instrumentos o metodologías formales, validadas y consensuadas por la política pública, pero eso también es un reto que nos lleva a empujar estos temas para que sean considerados en la importancia que revisten y por lo que significa para el bienestar de un amplísimo segmento de la población, que será la que habite mañana las ciudades que estamos construyendo hoy.

CM: Además de esta invisibilización generalizada de la infancia en las políticas urbanas, también hay ignorancia del bienestar, de la educación y de los procesos de desarrollo cognitivo de los niños y niñas, abocándose exclusivamente a temas de seguridad y formalidades de esa naturaleza. Hay muy poco trabajo respecto del diseño y en ámbitos de investigación para la infancia, por lo tanto, hay mucho que hacer.

PM: Esto se refleja en aspectos tan básicos como el diseño de los juegos para niños, todo se lo imponemos desde la mirada del adulto, desde la materialidad hasta los colores, o el cómo jugar. Por eso es importante definir metodologías participativas vinculantes para la infancia, porque hay muchas lecturas detrás de lo que plantean los niños y niñas respecto de su barrio, de la comuna, de la ciudad y del país. Además, el incluir a los niños/as no sólo es reivindicar su derecho a la ciudad, y ser considerados en la toma de decisiones, sino también, es responder a necesidades propias de la salud y bienestar infantil, pues la interacción con el espacio público en la infancia desde una temprana edad tiene efectos directos en la salud (obesidad y visión), el desarrollo cognitivo, psicosocial, psicomotor, y de construcción de la identidad respecto el entorno.

A lo largo de la investigación, se indagó también en otros aspectos relevantes que permiten otorgar un mayor valor a este tipo de dispositivos urbanos con enfoque infantil, además de plantearse la importancia y necesidad latente de contar con mayor equipamiento público y comunitario para los niños/as en los barrios y en la ciudad.

También se presenta la oportunidad que plantea su existencia para la regeneración socio-territorial y calidad de vida urbana, abriendo diversos campos que en el transcurso del análisis bibliográfico y de referentes, que permitió definir un modelo de gestión para futuras Ludotecas en otros contextos, denominado “Modelo Ludotecas Barriales”. Este proyecto fue financiado por Fondart Nacional, línea de investigación en arquitectura, convocatoria 2019.

Para indagar más sobre este proyecto de investigación, sobre la Ludoteca y sus autoras, puedes visitar los siguientes enlaces:

–       http://escalacomun.cl/portfolio/ludoteca/

–       https://issuu.com/pieram/docs/ludotecas_barriales

Ludotecas barriales: la reivindicación de la infancia en la ciudad, a raíz de un estudio de caso en Valparaíso