Este martes 15 de julio comenzó a regir oficialmente el nuevo Plan Regulador Comunal (PRC) de Estación Central, poniendo fin a décadas de ausencia de normativa urbana propia. La medida busca corregir uno de los casos más emblemáticos de desregulación en el Gran Santiago, marcado por la construcción de más de 100 torres de hasta 38 pisos de altura, conocidas como “guetos verticales”, y sus graves consecuencias en la infraestructura y calidad de vida de la comuna.
Durante una entrevista en Meganoticias, el alcalde de Estación Central, Felipe Muñoz, enfatizó la importancia de este instrumento como una respuesta concreta al colapso urbano que se arrastraba hace años. “Hoy terminamos con una etapa marcada por edificios que sobrepasaron con creces la capacidad de servicios, equipamiento y áreas verdes de Estación Central”, afirmó el jefe comunal.

El nuevo PRC establece alturas máximas de entre 2 y 12 pisos, regula densidades y exige estándares mínimos de habitabilidad, como estacionamientos por vivienda. La normativa no tiene efecto retroactivo, por lo que los permisos ya aprobados seguirán su curso. No obstante, representa un giro decisivo hacia una planificación urbana que busca proyectar el crecimiento de la comuna con criterios de equidad y sostenibilidad.
Una experiencia crítica para la planificación urbana en Chile
El caso de Estación Central revela con claridad las brechas institucionales y los largos plazos que pueden tomar los instrumentos de planificación urbana en Chile. Este proceso, iniciado hace más de 20 años, se enfrentó a múltiples obstáculos: cambios de administración municipal, presiones inmobiliarias, vacíos legales e incluso normativas heredadas de otras comunas y del antiguo Plan Intercomunal de Santiago de 1939.
Pablo Guzmán, académico del IEUT UC y director de Habiterra Consultores —consultora a cargo de la elaboración del plan—, describe la experiencia como un recorrido lleno de desafíos: “Nos pasó de todo: estallido, pandemia, cambio de alcalde, juicios y una normativa impresentable. Pero gracias a un proceso participativo intenso y con mucha pedagogía, fuimos ganando confianza”.
Guzmán subraya la relevancia de este hito: “Probablemente hay mucho que ajustar y corregir en el plan. Pero luego de tantos intentos, Estación Central puede decir que tiene su primer Plan Regulador”.
¿Qué está en juego cuando no hay planificación?
La alta densificación que vivió Estación Central en un corto período de entre 5 y 6 años provocó una crisis urbana de gran escala. El alcalde Muñoz señaló que existen manzanas con hasta 20 mil personas —una carga poblacional que, en otras comunas, justificaría la existencia de un centro de salud completo—. Hoy, Estación Central enfrenta un déficit acumulado de servicios públicos, incluyendo al menos tres consultorios, nueve jardines infantiles y una notoria escasez de áreas verdes.

Este caso pone en evidencia la necesidad urgente de fortalecer la institucionalidad de la planificación urbana en el país. La ausencia de regulación no solo deja espacio para desarrollos desproporcionados, sino que afecta directamente la calidad de vida de sus habitantes. Contar con instrumentos actualizados y con capacidad de anticipación es fundamental para distribuir adecuadamente los servicios, garantizar acceso equitativo a infraestructura y promover ciudades más habitables.
Puedes ver la entrevista completa en meganoticias.cl