Solo el 21% de las comunas en Chile considera áreas de riesgo en su planificación territorial, a pesar de ser uno de los países más expuestos a amenazas naturales en la OCDE. Así lo revela la reciente publicación en el newsletter Visión Universitaria UC, que destaca el trabajo liderado por la profesora IEUT UC y decana FADEU, Magdalena Vicuña, y el aporte del egresado del Magíster en Desarrollo Urbano, Simón Guzmán, en el desarrollo del Atlas del Riesgo de Desastre. Te invitamos a leer la nota completa publicada en Visión Universitaria UC aquí.
79% de las comunas de Chile no están preparadas para amenazas naturales
Visión Universitaria UC, 10 julio 2025
A pesar que nuestro país sufre continuamente eventos que van desde terremotos hasta tornados, solamente 28,1% incluye estas áreas de riesgos en sus planes reguladores.
No importa la zona de Chile en la que te encuentres. Probablemente tú, parte de tu familia o tus cercanos han vivido algunas de las amenazas naturales presentes en nuestro país, que es según la Comisión Nacional para la Resiliencia frente a Desastres de Origen Natural (CREDEN), es el más expuesto a riesgos de este tipo de todos los que componen la OCDE.
A pesar de esto, solamente 75 comunas del país, es decir un 21% del total de 346 localidades existentes, tiene contemplados estos riesgos dentro de su plan regulador comunal (PCR). Peor aún, las pocas que cuentan con uno, no lo tienen actualizado o vigente.

Chile es el país más expuesto dentro de la OCDE a amenazas naturales, según la Comisión Nacional para la Resiliencia frente a Desastres de Origen Natural (CREDEN).
Crédito imagen: Karina Fuenzalida
Este problema es algo que busca resolver el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) con su nuevo «Atlas del riesgo de desastre«. El trabajo conjunto con investigadores del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC (FADEU), busca reunir y sistematizar toda la información disponible al respecto para poder desarrollar planes de acción para cada una de las zonas en peligro inminente o futuro.
Esta información involucra desde terremotos y tsunamis, hasta recientemente aluviones y tornados, incluyendo a su vez, aquellos desastres generados por el hombre, como es el caso de los megaincendios que han afectado especialmente a la Región de Valparaíso.

«Dar información también es dar poder. Eso permite a los municipios, a los gobiernos regionales, tomar decisiones»
Magdalena Vicuña, decana de FADEU, investigadora de Cigiden y coautora del atlas
Fotografía de archivo del aluvión de Chañaral en 2016. Crédito imagen: Karina Fuenzalida
«El principal aporte de esta investigación es súper simple: poner toda la información y a la vista, mapeada, para que se pueda ver y consultar, y disponibilizar en una plataforma. Así es posible ver cuáles son los instrumentos de planificación que están abordando el riesgo y qué riesgos son los que están abordando. Dar información también es dar poder. Eso permite a los municipios, a los gobiernos regionales, tomar decisiones» dice Magdalena Vicuña, decana de FADEU, investigadora de Cigiden y coautora del atlas.
«Esta recopilación permite estandarizar la información y visibiliza una problemática que muchas veces está fragmentada o es de difícil acceso. Se transforma entonces en una herramienta útil tanto para el público general como para estudiantes, para académicos y para tomadores de decisiones» agrega Simón Guzmán, académico de la Escuela de Arquitectura UC y coautor de la investigación.
¿Qué pasa con los planes reguladores en la actualidad?
Está establecido por ley que cada comuna con más de siete mil habitantes debería contar con este tipo de documento y se estima que su creación toma un plazo promedio de 6 a 7 años. No obstante, solo 267 comunas disponen de uno, y de éstas, solo 75 incluyen zonas de riesgo. A esto se suma, que muchos de estos documentos no responden a la velocidad en la que crecen las ciudades en la actualidad, como tampoco al aumento de las amenazas naturales producto de la crisis climática. Las comunas que sí cuentan con un plan y zonas de alerta, a su vez, suelen tener una antigüedad promedio de 14,5 años.
«Un país donde la mayoría de la población está expuesta a desastres, donde un porcentaje también muy importante del territorio nacional está expuesto a más de una amenaza, uno pretendería que las ciudades estuvieran planificando en función de esa realidad que con el cambio climático, además, está siendo cada vez más grave. – Magdalena Vicuña, decana de FADEU y coautora del «Atlas del riesgo de desastre».
A nivel metropolitano solo hay tres en todo el país: Valparaíso, Región Metropolitana y Concepción. Es decir, no se aplica en otras zonas que también se han visto afectadas por eventos como megaincendios en el último tiempo, como las localidades de Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana.
«Los patrones hoy día de los incendios en la interfaz urbano-rural es totalmente distinto al que era hace 10 años atrás, porque han cambiado las temperaturas, porque han cambiado las condiciones de presión atmosférica, porque cambian los vientos. Lo que acaba de ocurrir, también, en Puerto Varas, es un fenómeno que no se veía anteriormente. Ese tipo de fenómenos obligan a la planificación urbana a estar cada vez más al día. Entonces, que tengamos pocos planes reguladores haciéndose cargo del riesgo de desastre y, además, con años de antigüedad, es preocupante«, señala Vicuña.
Solo en el caso de la Región Metropolitana, el plan regulador data de 1994 y no incluye las nuevas investigaciones sobre, por ejemplo, la Falla de San Ramón y las urbanizaciones que han crecido en todo ese sector.
Esto significa, además, que los instrumentos de planificación territorial actuales también suelen estar desactualizados o son muy imprecisos. Algo que afecta especialmente a las zonas rurales a lo largo de Chile, que se ven desprotegidas ante eventuales eventos de este tipo.
«La definición de las áreas de riesgo responde a la tecnología y criterios disponibles en el momento en que es elaborado el instrumento. Por ejemplo, no es comparable el plan regulador de Puerto Saavedra, que es de 1964, con el de Papudo, aprobado en el 2023, o el de La Serena en el 2020. Esta diferencia de décadas genera inequidades territoriales significativas en la manera en que se abordan los riesgos«, explica Guzmán.
En sí, el Atlas creado por CIGIDEN define las zonas de riesgo en cuatro tipos: «zonas inundables o potencialmente inundables» con 239.787 hectáreas (ha); «zonas propensas a avalanchas, rodados, aluviones o erosiones acentuadas» (22.198 ha); «zonas de riesgo por actividad humana» (9 ha), y «zonas con peligro de ser afectadas por actividad volcánica, ríos de lava o fallas geológicas». Una categoría, que según los investigadores, no está incluida en el plan de riesgo de ninguna comuna en la actualidad.
«El calor extremo es otro, que tampoco está tipificado.Las marejadas, como tal, tampoco. Imagínate en un país costero como Chile, que tiene un porcentaje súper alto de áreas urbanas y de población expuesta, tampoco está tipificado», manifiesta la decana.

«El atlas no sólo diagnostica el estado actual, sino que también permite identificar espacios de mejora en la incorporación del riesgo de la planificación urbana y territorial, reforzando también su rol como una herramienta que anticipa eventos que pueden afectar a la población»
Simón Guzmán, académico UC y coautor del Atlas.
Capturas de la Región Metropolitana del «Atlas del riesgo de desastre». Crédito imagen: Cigiden.
Con esta información disponible, ahora el trabajo es de cada una de las localidades y planes reguladores, por actualizarse en pos de acabar con los riesgos naturales. Lo mismo desde el gobierno a nivel nacional.
«Un caso es el de Licantén, que no cuenta con un plan regulador vigente, y que sufrió inundaciones severas en el 2023. El atlas no sólo diagnostica el estado actual, sino que también permite identificar espacios de mejora en la incorporación del riesgo de la planificación urbana y territorial, reforzando también su rol como una herramienta que, en conjunto con otras, se anticipa a eventos que pueden afectar a la población«, complementa el académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC.
«Nosotros como CIGIDEN tenemos un convenio con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Lo que nos gustaría en un futuro es poder transferirlo al ministerio, que fueran ellos mismos, que tienen una plataforma donde uno puede ver los planes reguladores, y que incluyan el tema del riesgo. Ese es el sueño que tenemos, y que se mantenga permanentemente actualizado», afirma para finalizar Vicuña.