Ocho horas de taco con vehículos detenidos, temperaturas bajo cero y una experiencia de fin de semana para el olvido dejaron sobre la mesa un tema pendiente por años: ¿cómo se gestiona la Ruta G-21?

Los actores son muchos: el Ministerio de Obras Públicas, la Municipalidad de Lo Barnechea, los operadores de los centros de esquí, la Federación de Empresas de Turismo, los amantes de la montaña y quienes habitan y trabajan en el pueblo de Farellones. El problema es uno y persiste por años: la Ruta G-21 no da abasto, no resiste en temporada alta y, durante todo el año, subrayan diversas voces, es un inminente peligro.

Han pasado varios días desde el gigantesco taco que se generó el sábado 23 de agosto, con ocho horas de autos detenidos bajo un manto de temperaturas bajísimas, y el debate sobre las responsabilidades y una salida a la crisis de infraestructura y modernización del camino no decae.

En una columna publicada en La Tercera el sábado 30 de agosto, el académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la UC (IEUT UC), el arquitecto Roberto Moris, entró al debate y señaló que “la reciente congestión en la ruta G-21 a Farellones constituye una radiografía de nuestras deficiencias en planificación y gestión territorial. Los cientos de vehículos atrapados durante horas en plena cordillera han desnudado la precariedad de nuestra infraestructura de transporte y la urgente necesidad de una gestión integral del territorio de montaña”.


“La reciente congestión en la ruta G-21 a Farellones constituye una radiografía de nuestras deficiencias en planificación y gestión territorial”

Roberto Moris

El académico, magíster en Diseño de Ciudades y Ciencias Sociales y doctor en Ingeniería Civil, agregó que “la congestión en la G-21 evidencia que las decisiones de infraestructura no pueden ser fragmentadas ni meramente reactivas, sino que requieren una perspectiva integral. Esta crisis representa una oportunidad para que Santiago evolucione hacia una planificación integrada más madura y coordinada, sentando las bases para redefinir de manera sustentable nuestra relación con la cordillera”.

Un teleférico para Farellones

En su columna, Roberto Moris abordó la idea de un teleférico para Farellones como alternativa que ha resonado tras la más reciente crisis: “Antes de apostar por soluciones como el teleférico, que si bien es factible técnicamente, resulta fundamental comprender los factores que llevaron a la extinción anticipada de la concesión de la ruta G-21 en 2023. Esta experiencia revela las complejidades estructurales de una infraestructura vulnerable a la estacionalidad turística, la dependencia del sector minero y las restricciones regulatorias”.

En la misma línea, Moris señaló que “resulta más prudente capitalizar la experiencia acumulada que embarcarse en propuestas incipientes que aún están en fase de idea. La comparación con el Teleférico Bicentenario es reveladora: mientras este último garantiza uso intensivo durante todo el año, un teleférico hacia Farellones operaría principalmente en temporada invernal, comprometiendo su viabilidad frente a alternativas viales optimizadas”.

Académico IEUT UC entra al debate por ruta Farellones. Roberto Moris en La Tercera Sábado