10 de julio de 2025. En el portal biobiochile.cl se publicó hoy una columna de opinión firmada por el Senador Alfonso de Urresti y Carolina Rojas, Subdirectora de Investigación del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC e investigadora de CEDEUS, en la que abordan los desafíos y oportunidades que enfrentan los humedales urbanos en el contexto de la crisis climática y la creciente urbanización.
En el texto, titulado “Humedales, ciudades esponja y colaboración Chile-China,” los autores destacan el rol estratégico de los humedales como infraestructura natural para enfrentar el cambio climático, prevenir inundaciones y mejorar la calidad ambiental en las ciudades. Subrayan que, aunque Chile cuenta con avances como la Ley de Humedales Urbanos y proyectos de restauración ecológica, aún está lejos de la escala y experiencia alcanzada en países como China, pionero en el modelo de “ciudades esponja.”
La columna señala que fortalecer la cooperación entre Chile y China en materia de soluciones basadas en la naturaleza podría traducirse en beneficios concretos para las ciudades chilenas, como la reducción de riesgos ante desastres naturales, la regeneración de ecosistemas urbanos y la creación de empleos verdes. En este sentido, la próxima COP 15 de Ramsar, que se celebrará en Zimbabwe en 2025, se presenta como una oportunidad clave para renovar compromisos y generar alianzas internacionales innovadoras.
Puedes leer a continuación la columna completa:
Humedales, ciudades esponja y colaboración Chile-China
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En un contexto de crisis climática global y rápida urbanización, los humedales, ecosistemas vitales y a menudo ignorados, emergen como una infraestructura natural estratégica. Chile, país signatario del Convenio de Ramsar desde 1981, enfrenta hoy el doble desafío de conservar sus humedales frente a la expansión urbana, desarrollo económico y, al mismo tiempo, adaptarse a los impactos del cambio climático.
En este escenario, la próxima COP 15 de Ramsar a desarrollarse en Zimbabwe representa una oportunidad clave no solo para renovar compromisos, sino para ampliar alianzas internacionales innovadoras, particularmente con países que han desarrollado enfoques exitosos para integrar naturaleza y planificación urbana.
China y las ciudades esponja
Uno de esos países es China, pionero en el concepto y desarrollo de “ciudades esponja”: modelos urbanos que incorporan infraestructura verde-azul—como humedales urbanos, vegetación y parques inundables—para retener, filtrar y reutilizar el agua de lluvia, reduciendo riesgos de inundación y mejorando la calidad ambiental. Este enfoque se ha implementado en más de 30 ciudades chinas con apoyo estatal, planificación integrada y fuerte inversión en innovación tecnológica.
En Chile, aún estamos lejos de una escala semejante. Sin embargo, existen señales auspiciosas: desde la Ley de Humedales Urbanos hasta proyectos de restauración de humedales y co-diseño de infraestructura, que incorporan criterios ecológicos y participación ciudadana.
A nivel internacional, un reciente informe de CEPAL (Las relaciones entre América Latina y el Caribe y China, 2025) ha identificado las soluciones basadas en la naturaleza, la gestión sostenible del agua y la infraestructura resiliente como sectores impulsores clave para un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible en América Latina.
Además, destaca la cooperación con China como un vector estratégico prioritario, especialmente en áreas como financiamiento verde, transferencia tecnológica e infraestructura ecológica.
Una hoja de ruta compartida para la resiliencia urbana
Fortalecer la cooperación Chile-China en torno a ciudades esponja y soluciones basadas en la naturaleza, puede generar beneficios concretos: reducir el costo de desastres naturales, regenerar ecosistemas urbanos, crear empleo verde y aportar soluciones climáticas con base territorial.
Para ello, se requiere una hoja de ruta compartida entre gobiernos, academia, sector privado y comunidades locales, que promueva pilotos urbanos replicables y atraiga inversiones bajo el mercado de la iniciativa de la Franja y la Ruta ecológica o el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura.
Esta arquitectura institucional podría ser clave para canalizar financiamiento e innovación tecnológica hacia proyectos de restauración ecológica, adaptación al cambio climático y desarrollo urbano resiliente en ciudades chilenas.
En lugar de depender únicamente de soluciones grises como carreteras, diques, drenajes y de fondos regionales, es momento de mirar hacia la naturaleza como alianza estratégica. Los humedales son mucho más que cuerpos de agua: son infraestructura viva, escudos climáticos y puntos de encuentro entre ecología, cultura y desarrollo.
Si Chile quiere avanzar hacia ciudades resilientes, justas y habitables, la cooperación internacional inteligente, como la que puede darse con China en este campo, será clave. La COP 15 Ramsar 2025 puede ser el punto de partida.