Karina Delfino, alcaldesa de Quinta Normal; Felipe Alessandri, alcalde de Lo Barnechea; y Felipe Muñoz, de Estación Central, participaron en el seminario “Planificación urbana desde la escala local: desafíos para la ciudad metropolitana”, realizado en el marco de la Semana de la Planificación Urbana 2025. En el encuentro evidenciaron que, pese a ser territorios completamente distintos —desde el cono de alta renta hasta comunas con alta densidad migratoria—, sus comunas enfrentan problemas que son consecuencia directa de la ausencia de planificación urbana con visión de largo plazo.
En el marco de la Semana de la Planificación Urbana 2025, la decana Magdalena Vicuña lideró el seminario “Planificación urbana desde la escala local: desafíos para la ciudad metropolitana”, cuyo propósito fue reflexionar sobre los desafíos de planificar la ciudad metropolitana desde la escala local. El encuentro reunió a tres alcaldes de comunas aparentemente distantes en su realidad histórica y socioeconómica, a través del relato de sus alcaldes la conclusión fue, lamentablemente, están unidas por un denominador común: las consecuencias de la falta de planificación urbana integrada y de largo plazo.
A través del diálogo entre autoridades locales, quedó en evidencia cómo las decisiones fragmentadas en materia de desarrollo territorial han generado crisis similares en distintos puntos de la capital, afectando la calidad de vida de sus habitantes y poniendo en jaque la capacidad de gestión municipal.
Estación Central: crecimiento explosión de la población
La comuna que duplicó su población en cinco años y hoy enfrenta un colapso urbano sin precedentes. El alcalde Felipe Muñoz expuso un panorama crítico: en apenas cuatro o cinco años se levantaron casi cien edificios en Estación Central, duplicando la población comunal. Se estima que podrían habitar hasta 250 mil personas en una comuna que mantiene el mismo equipamiento que cuando atendía a la mitad de vecinos.
Las cifras son elocuentes: solo en la calle Toro Mazote viven 14 mil personas; en Conde del Maule, otras 16 mil; y en la manzana de Rosas Velásquez con Ecuador, 20 mil habitantes, equivalentes al 10% de toda la población comunal. Además, Estación Central concentra la colonia más grande de venezolanos de la Región Metropolitana, con unos 45 mil residentes.
La oferta inmobiliaria se caracteriza por departamentos de entre 17 y 24 m², que se han convertido en la alternativa más accesible del mercado, pero que generan condiciones de hacinamiento extremo. El resultado: calles colapsadas, comercio ambulante desbordado, espacio público precarizado y tensiones de convivencia que obligan al municipio a desplegar recursos en tareas básicas de instrucción sobre horarios de celebraciones, manejo de ruidos y gestión de basura.

“En apenas cuatro o cinco años se levantaron casi cien edificios. Prácticamente se duplica la cantidad de habitantes dentro de la comuna en ese periodo de tiempo”
Felipe Muñoz, alcalde de Estación Central
Quinta Normal: Entre el patrimonio y el desorden
Una comuna histórica de 110 años que enfrenta la densificación acelerada en medio de su patrimonio arquitectónico. La alcaldesa Karina Delfino describió a Quinta Normal como una comuna con un fuerte componente patrimonial —casas grandes, barrios industriales históricos como Unilever, Fanalosa y Odeón— que, tras un Plan Regulador Comunal tardío aprobado en 2019, experimentó un proceso de verticalización concentrado en zonas específicas.
El caso más crítico es Ciudad de los Reyes, un sector pequeño, pero estratégico, donde viven entre 15 mil y 20 mil habitantes, con edificios de 25 a 30 pisos construidos sin planificación urbana adecuada. Los problemas son similares a los de Estación Central: pasillos sin luz solar incluso en verano, escasas áreas verdes, grave déficit de estacionamientos (algunos edificios tienen apenas una plaza cada 10 departamentos), comercio ambulante proliferado y disputas territoriales entre jóvenes que escalaron en violencia post pandemia.
La comuna aumentó de 110 mil a 130 mil habitantes según el último censo, de los cuales 29 mil son migrantes. Esta zona, que recibirá estaciones del Metro Línea 7 y posiblemente del tren Santiago-Batuco y Santiago-Valparaíso, se desarrolló sin considerar la infraestructura necesaria para soportar tal densidad poblacional.

“Si hoy día me preguntaran en Quinta Normal dónde está el lugar más complejo, es ahí en Ciudad de los Reyes. Se hizo sin planificación urbana”
Karina Delfino, alcaldesa de Quinta Normal.
Lo Barnechea: Ni metro ni infraestructura peatonal
El territorio de alta renta que carece de metro, universidades y una escala humana. El alcalde Felipe Alessandri planteó las paradojas de una comuna del cono de alta renta que, sin embargo, sufre problemas básicos de conectividad y planificación urbana. Lo Barnechea no tiene metro, lo que obliga a su población a largos desplazamientos. Al mismo tiempo, recibe trabajadores de comunas como Estación Central y Puente Alto que deben invertir hasta dos horas y media en transporte público para llegar.
La ausencia de una mirada de ciudad a escala humana se evidencia en datos concretos: a menos de un kilómetro del edificio consistorial —galardonado arquitectónicamente— está el mall Vivo, pero llegar caminando resulta “una odisea” por la falta de veredas y pasos de cebra.
Alessandri comparó el modelo chileno con ciudades como Medellín, donde los alcaldes duran cuatro años, pero existe una visión de planificación desde arriba que proyecta al 2050, 2060 o 2070. En Chile, en cambio, la planificación se ejecuta de manera fragmentada y reactiva, sin una coordinación metropolitana efectiva que integre las necesidades de largo plazo.
“Si yo les dijera: vamos a tomarnos un café al mall vivo caminando y llegar vivo es una odisea. No hay veredas. No hay pasos de cebra”
Felipe Alessandri, alcalde de Lo Barnechea.











