Hay quienes ponen la voz de alerta, pues aseguran que este crecimiento tiene que ir acompañado de una mejor visión. “La ciudad está avanzando hacia un desarrollo en densidad y sin mucho control. Esto quiere decir que no hay mucha complementación con áreas verdes y, también, existe una presencia importante de hacinamiento. Es probable que este sea el escenario hacia el 2050. Habrá áreas con gran aglomeración y otras zonas donde la gente escapará hacia la periferia”, asevera Javier Ruiz Tagle, investigador del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Católica.

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Expansión periurbana y densificación central: La fórmula del sector inmobiliario