Hoy lunes 3 de junio se celebra internacionalmente el Día Mundial de la Bicicleta. En este contexto, el académico IEUT, Giovanni Vecchio se pregunta ¿hay algo nuevo que decir? ¿otro lugar donde poner el foco? en esa búsqueda el académico nos entrega esta columna, en la cual reflexiona sobre los beneficios a la economía que trae el uso de la bicicleta.

Invertir en ciclovías hace bien a la economía. Ya conocemos todos los beneficios que la bicicleta trae a quienes la ocupan a diario: mejoran sus condiciones de salud, bajan los costos de movilización, se reduce el riesgo de padecer enfermedades a futuro… Pero este nuevo día mundial de la bicicleta nos da la ocasión para recordar que la movilidad sustentable trae beneficios importantes también para las ciudades que deciden apostar por ella. Es lo que Elly Blue llama bicieconomia: la bicicleta genera impactos positivos que es posible medir, dando nuevas razones para invertir en ella.

Los efectos económicos de la bicicleta tocan dos dimensiones. Por un lado, se generan efectos positivos en quienes la ocupan; por el otro, la elección de cada individuo genera beneficios para el resto de la sociedad. Aumentar el uso de la bicicleta reduciendo el número de automóviles en circulación permite bajar los gastos asociados al tiempo perdido en calles congestionadas, además de reducir la contaminación atmosférica. Pero, según datos del gobierno danés, las principales ganancias asociadas a la bicicleta tienen que ver con la salud. Mejores condiciones de salud significan menores gastos médicos y menos días de ausencia del trabajo. Al mismo tiempo, se reduce el número de accidentes viales, bajando el número de fallecidos y heridos – con otro ahorro, asociado al gasto en licencias médicas para quienes son víctimas de un accidente de tránsito. Entre el 2000 y el 2019, en Bogotá la red de ciclovías ha logrado bajar de un 34% las muertes por accidentes de tránsito y un 8% los lesionados. En un país como Chile, que en 2022 ha tenido 1.745 fallecidos y 52.590 lesionados por accidentes de tránsito, es fácil intuir el ahorro que se podría generar.

Los beneficios de la bicicleta involucran también los lugares que deciden construir ciclovías. El valor de las propiedades que se encuentran cerca de infraestructuras para la bicicleta aumenta. Esto no ocurre solo en ciudades del Norte Global, como Londres, Ámsterdam o Copenhague: un reciente estudio de Rodrigo Vega y otros ha demostrado que también en Santiago las ciclovías tienen un efecto positivo significativo en el valor de las propiedades, independiente de la comuna o del tipo de ciclovía que se considere. Los beneficios son también para el comercio. Un reporte del gobierno del Reino Unido muestra que a un estacionamiento para bicicleta se asocian gastos en comercio cinco veces mayores respecto a los de un estacionamiento para automóviles. Y en Nueva York, la nueva ciclovía por la Novena Avenida ha generado un aumento del 49% en las ventas de las actividades comerciales.

En su día mundial, es importante ver todos los beneficios que la bicicleta puede generar para las ciudades que promueven su uso. Los efectos positivos de la movilidad sostenible deben permear cada vez más la visión de las autoridades políticas y ser incorporados en las herramientas que evalúan los costos y los beneficios de los proyectos. Chile está proponiendo cambios a sus métodos de evaluación social de proyectos justamente para tomar en cuenta los beneficios de la bicicleta que a veces quedan ocultos. En el fondo, si cada vez más países pagan a sus ciudadanos que van al trabajo en bici, es porque la movilidad sostenible tienen beneficios claros también en lo económico.

Columna | «Invertir en ciclovías hace bien a la economía» por Giovanni Vecchio