“La visión de la UC apunta a formar profesionales que entienden la ciudad como un sistema vivo y complejo, donde todo se conecta: la vivienda, el transporte, el medio ambiente, la economía y la comunidad”.

 

 

“Su trabajo es lograr que los lugares donde vivimos, nuestros barrios, comunas o regiones, funcionen bien y, sobre todo, que vayan mejorando con el tiempo las expectativas que la población tiene sobre ellos. Para eso, conecta muchas miradas, combina aspectos sociales, ambientales, económicos y culturales, buscando que las decisiones sobre el territorio sean equilibradas”


La planificación urbana es algo relativamente nuevo en Chile y la Pontificia Universidad Católica es, hasta hoy, la única institución que ofrece este título profesional en el país, aunque en muchos otros, especialmente en el mundo anglosajón, esta especialidad lleva décadas siendo reconocida y valorada.

¿Por qué esta relevancia? Kay Bergamini, subdirector de pregrado del Instituto de Planificación Urbana y Territorial UC (IEUT UC), explica: “La planificación urbana no se trata solo de mapas o planos. Trata de las personas y de sus formas de habitar. En el fondo, se ocupa de cómo vivimos, nos movemos y compartimos los espacios que construimos colectivamente. Esto plantea un gran desafío, sobre todo para las nuevas generaciones que buscan construir ciudades más justas, sostenibles y preparadas para el futuro. Por eso, necesitamos cada vez más planificadores y planificadoras capaces de unir conocimiento técnico con compromiso social, pero también con una visión de futuro que permita alcanzar esas metas y contribuir a que Chile y el mundo sean cada día mejores lugares para vivir”.

¿Qué hace un planificador urbano?

Un planificador urbano es, en simple, alguien que piensa, estudia y conoce las ciudades, y planifica a partir de visiones de futuro cómo estas deben crecer para lograr esos objetivos. Su trabajo es lograr que los lugares donde vivimos, nuestros barrios, comunas o regiones, funcionen bien y, sobre todo, que vayan mejorando con el tiempo las expectativas que la población tiene sobre ellos. Para eso, conecta muchas miradas, combina aspectos sociales, ambientales, económicos y culturales, buscando que las decisiones sobre el territorio sean equilibradas.

“Actúa como mediador, porque traduce las necesidades de los políticos y técnicos del Estado, de la comunidad y también de las empresas, en propuestas de planificación o proyectos concretos. Además, trabaja con evidencia: usa mapas, datos, análisis territoriales y participación ciudadana, entre otras herramientas, para proponer soluciones realistas. En pocas palabras, el planificador urbano es el puente entre la visión de futuro y las acciones concretas que hacen posible mejorar nuestras ciudades”, dice el geógrafo UC y doctor en Gestión Ambiental, Paisaje y Geografía de la Universidad de Barcelona sobre el trabajo del planificador urbano.

¿Qué visión tiene un planificador urbano formado en la UC?

La visión de la UC apunta a formar profesionales que entienden la ciudad como un sistema vivo y complejo, donde todo se conecta: la vivienda, el transporte, el medio ambiente, la economía y la comunidad. Ese es el sello distintivo del programa de Planificación Urbana de la Universidad Católica. Esto significa entregar una mirada ética y social, orientada a construir ciudades más justas, inclusivas y sostenibles. También implica un pensamiento interdisciplinario, que combina saberes provenientes de la geografía, la economía, el medio ambiente, las políticas públicas y otras disciplinas. Otro aspecto central es el aprendizaje en terreno. No se trata solo de teoría: los estudiantes trabajan directamente con municipios, con los cuales la universidad mantiene convenios, con comunidades, organizaciones sociales y diversos actores relevantes del territorio. Además, la formación incorpora el uso de tecnología y datos: los futuros planificadores aprenden a utilizar sistemas de información geográfica, análisis de big data, modelación urbana e incluso inteligencia artificial aplicada a la toma de decisiones. En palabras simples, el planificador urbano formado en la UC combina una cabeza técnica, un corazón social y una mirada de futuro.


“Hoy tenemos profesionales trabajando en distintos sectores, lo que demuestra la versatilidad de la formación. En el sector público, muchos se desempeñan en ministerios, municipios, el SERVIU o gobiernos regionales, como asesores urbanos o profesionales a cargo de temas de planificación territorial. En el sector privado, hay egresados en empresas de desarrollo urbano o consultoras, donde lideran la gestión de proyectos, el análisis de impacto territorial o vial y la evaluación de políticas públicas”.


¿Qué conocimientos, herramientas y habilidades adquiere un estudiante de Planificación Urbana UC?

Según la propuesta del programa y también la información que hemos recogido de nuestros egresados, los estudiantes desarrollan tres grandes tipos de capacidades. Primero, los conocimientos. Aprenden cómo funciona una ciudad, su historia urbana, sus procesos de gobernanza y su marco legislativo. Comprenden los grandes problemas que enfrentan las urbes, como el cambio climático, el déficit habitacional, la segregación territorial, la movilidad o la gestión ambiental. También estudian las políticas que pueden transformar la ciudad: planificación, instrumentos de suelo, economía urbana y distintas políticas públicas aplicables. En segundo lugar, las herramientas. Entre ellas se encuentran el uso avanzado de sistemas de información geográfica, la modelación territorial, el análisis de datos urbanos y la inteligencia artificial aplicada a lo urbano, además de instrumentos de evaluación económica, ambiental y social, junto con capacidades de redacción técnica, representación gráfica, lenguaje visual y negociación entre actores. Finalmente, están las habilidades blandas, que son esenciales. Aquí destacan el trabajo interdisciplinario, la gestión de proyectos, la capacidad de escuchar, empatizar y resolver conflictos, junto con una ética profesional y una responsabilidad social que les permite abordar las problemáticas urbanas desde una mirada integral y humana. En general, nuestros egresados destacan que estas capacidades les permiten adaptarse con facilidad a distintos campos laborales, desde consultorías privadas hasta instituciones públicas o el ámbito académico.

¿Qué rol tiene la planificación urbana frente a los desafíos de las ciudades?

Chile es hoy un país altamente urbano; cerca del 87% de la población vive en ciudades, una cifra muy superior al promedio mundial, que ronda el 55%. Eso significa que casi todos nuestros problemas y también nuestras oportunidades ocurren en contextos urbanos. La planificación urbana es clave porque permite ordenar el crecimiento, anticipar riesgos y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de las personas. Frente a desafíos como la crisis climática, el déficit de vivienda, los problemas de movilidad o la contaminación ambiental, el planificador urbano planifica con propósito, ayuda a decidir dónde construir, cómo conectar y qué proteger. Además, la planificación promueve la equidad, buscando reducir las brechas entre comunas bien equipadas y aquellas más excluidas. Da coherencia a las acciones, coordinando los esfuerzos del Estado, las empresas y las comunidades y, por sobre todo, piensa en el largo plazo. No se trata de hacer proyectos aislados, sino de construir un futuro urbano sostenible, articulando políticas, instrumentos y actores. En definitiva, el planificador urbano debe ser un agente crítico y un mediador ético, capaz de ayudar a tomar decisiones que sean justas, sostenibles y duraderas para las ciudades y sus habitantes.

¿Dónde puede trabajar un planificador urbano?

De acuerdo con los datos de nuestros egresados UC, la inserción laboral es amplia y diversa. Hoy tenemos profesionales trabajando en distintos sectores, lo que demuestra la versatilidad de la formación. En el sector público, muchos se desempeñan en ministerios, municipios, el SERVIU o gobiernos regionales, como asesores urbanos o profesionales a cargo de temas de planificación territorial. En el sector privado, hay egresados en empresas de desarrollo urbano o consultoras, donde lideran la gestión de proyectos, el análisis de impacto territorial o vial y la evaluación de políticas públicas. También encontramos varios en el mundo de las fundaciones y organizaciones sociales, participando en proyectos de vivienda social o en arriendo, movilidad sostenible y recuperación de barrios y su patrimonio. Por otro lado, un grupo importante ha optado por la investigación y la academia, cursando doctorados o trabajando en observatorios y laboratorios urbanos, tanto en Chile como en el extranjero. En general, la empleabilidad ha sido positiva: los egresados demoran en promedio seis meses en encontrar su primer trabajo, lo que es muy competitivo para una disciplina relativamente joven. Además, el campo laboral se está ampliando rápidamente con nuevos nichos, como la analítica urbana, el big data territorial, la planificación climática, los planes de movilidad o ecológicos y especialmente los procesos participativos, que requieren profesionales con una mirada integral, interdisciplinaria y ética para trabajar con comunidades.

Kay Bergamini: “La planificación urbana se trata de las personas y de sus formas de habitar”