“¿Quiénes construyen hoy la agenda de la ciudad desde los territorios?” Esta fue esta la pregunta central que el lunes 9 de mayo abrió un foro con representantes de la sociedad civil, organizado en el marco de los cursos de pregrado Sociología de las Grandes Ciudades y Exploraciones Urbanas que dictan los profesores Christian Matus y Giovanni Vecchio del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Frente a más de 100 estudiantes, los invitados discutieron los temas claves que deben ser considerados por una agenda ciudadana que visibilice las demandas de los territorios. El foro contó con la participación de cuatro destacados invitados: Paola Moreno, vocera de la Junta de Vecinos Rondizzoni; José Osorio, presidente de la Asociación Nacional de Barrios Patrimoniales; Pabla Ocares, representante de la organización Levantemos Parque La Salle; y Daniel Lanfranco, Coordinador del Colectivo Muévete.
La instancia nació de la convergencia en el enfoque aplicado de dos cursos, abiertos a todos los estudiantes de pregrado de la universidad y finalizados a ofrecer una primera aproximación a los temas urbanos: una dimensión fundamental en este sentido es el rol que la ciudadanía, desde diferentes lugares y temáticas, ejerce en la construcción de la ciudad. La instancia de debate nació considerando que, si bien existe una agenda urbana, establecida por la Política Nacional de Desarrollo Urbano alrededor de cinco ejes (integración social, equilibrio ambiental, desarrollo económico, patrimonio urbano, institucionalidad y gobernanza urbana), esta no ha sido actualizada ni retroalimentada desde la visión de los territorios. Por esto, es necesario plantear cuál debería ser una agenda urbana de mediano y largo plazo construida desde la ciudadanía.
Los invitados abordaron la importancia de la participación en diferentes sentidos, coincidiendo en un diagnóstico que reconoce las limitaciones de los procesos participativos actuales, pero también su potencial. “En ningún caso se parte preguntando al territorio lo que se quiere: la participación llega siempre después”, afirmó Paola Moreno. Coincidió con ella José Osorio, según quien “nadie va a participar si su opinión no va a incidir en el territorio”. Al mismo tiempo, los invitados reconocen también el potencial que tiene la participación no solo a la hora de incidir en las decisiones urbanas, sino también en relación a la posibilidad de generar un mayor involucramiento de la ciudadanía. Según Daniel Lanfranco, “la gente es curiosa y si ve que algo ocurre en un lugar, se anima: por esto es importante tener espacios en que la gente se vaya reuniendo y muestre que están ocurriendo cosas”. Para motivar la participación, Pabla Ocares propone que esta debe ser constante y que “la vinculación no debe ser solo desde el problema, sino que es necesario convencer mostrando cómo va a cambiar la vida del vecino si va a apoyar una cierta propuesta”.
Citando a José Osorio, “nada va a cambiar si no hay un motor de cambio”. Ocasiones como el foro “¿Quiénes construyen hoy la agenda de la ciudad desde los territorios?” pueden ser un espacio concreto para incentivar este cambio, formando ciudadanos y profesionales conscientes del impacto que pueden generar en su entorno. En este sentido, abrir las puertas de la universidad a las experiencias de la ciudadanía es una experiencia enriquecedora no solo para quienes se preparan a intervenir las ciudades, sino también para quienes enseñan a abordar los desafíos relacionados con la ciudad y la planificación urbana.