José Rosas, Arquitecto y Doctor de la Escuela Técnica Superior de Barcelona, comenta sobre carácter histórico de Yungay en reportaje para la Tercera sobre la situación actual del barrio.
«El sector tuvo su origen en la primera mitad del siglo XIX como Villa Yungay, de la mano del desarrollo de la Quinta Normal de Agricultura», explica el profesor. «No era una extensión del centro, sino que estaba separada de la ciudad de Santiago».
Entre sus primeros vecinos destacaron intelectuales de clase media alta de la época, como el naturalista francés Claudio Gay, fundador de la Quinta Normal, o el científico Ignacio Domeyko. De hecho, este último inmueble fue declarado monumento histórico el año 2016.
Hacia inicios del siglo XX, Yungay se consolidó como un sector de clase media y clase media alta, aunque también había presencia de clase trabajadora. Esto generó una mezcla arquitectónica de los cités para obreros y las casas de dos o tres pisos, con gran cantidad de habitaciones y de gran altura piso-cielo, para los sectores acomodados.
Lo que vino después, Rosas lo describe como un «proceso complejo»: la clase alta se fue para el barrio El Golf, escapando de los disturbios que generó la Huelga de la Carne, una suerte de estallido social, con cerca de 200 muertos, en 1905.
«Ahí quedaron -explica- todas estas casas grandes, que comenzaron a ser utilizadas por clase media y media baja».
Desde entonces, por una serie de políticas públicas arguye Rosas, el barrio no sufrió mayores modificaciones. Además, las casas tampoco recibieron inversión en infraestructura, por lo que mantuvieron sus materiales originales, de madera o albañilería.
Este proceso duró casi 50 años y le daba a Yungay el sello de ser un barrio congelado en el tiempo. Esto potenció su imagen de barrio patrimonial, ligado a los orígenes de la República.
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