Cuando los planes reguladores permiten la construcción en altura en ciertas zonas de la ciudad, muchos barrios quedan supeditados a la compra de terrenos (viviendas incluidas) para el futuro emplazamiento de proyectos habitacionales (edificios). No obstante, no todos están dispuestos a vender sus propiedades, y en algunos casos queda una o dos viviendas rodeada de edificios, lo que fractura la calidad de vida de las personas y produce complejidades en el diario vivir.

Análisis y comentarios del profesor Javier Ruiz Tagle.

Canal 13: el fenómeno de las “casas isla”