La crisis por la pandemia, el aumento de los precios de los materiales de construcción y los pequeños inversionistas explican el fenómeno.
La pandemia y la crisis económica también provocaron modificaciones en la toma de decisiones de algunas personas y familias, que comenzaron a ver en la segunda vivienda un buen instrumento de ahorro.
El director del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, Luis Fuentes, comenta que la visión de la vivienda se ha ido transformando en un activo financiero gracias a que hay un nuevo tipo de inversionistas que en vez de ahorrar en el sistema tradicional, elige hacerlo en la compra de departamentos para poder arrendarlos.
“Las personas naturales, no institucionales, que toman tal ruta se les denomina inversionistas hormigas, los cuales en conjunto representan un 40% de la compra de departamentos de Santiago, o sea prácticamente la mitad de la demanda de departamentos. […] Hace siete, ocho años, esa cifra no superaba el 17%”, dice Fuentes.