Las actuales seis villas que comprenden las icónicas viviendas entregadas en 2006 a 800 familias de la Toma de Peñalolén, tras un polémico desalojo, y que, vergonzosamente no resistieron las lluvias de su primer invierno, mostraron el más grande fallo de la política habitacional de los ochenta y noventa en Chile, así lo comentó el académico del IEUT.
“Había mucha presión mediática, política y económica para poder sacar a la gente, entonces instalan a 800 familias en estos primeros conjuntos antes de que estuvieran listos. Esto viene a ser el último gran desastre de la política habitacional de los años ochenta y noventa”, relató Javier Ruiz Tagle, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, para el reportaje realizado por Chilevisión Noticias.
El académico se refirió a las icónicas “casas chubi”- ubicadas en la comuna de Peñalolén- llamadas así por sus llamativos y variados colores. Un proyecto habitacional emblemático que se hizo conocido porque sus viviendas no resistieron las lluvias, lo que entonces, fue destacado por los medios.
Según el reportaje de CHV, en abril de 2006, las primeras familias de La Toma de Peñalolén fueron llevadas a estos inmuebles sociales, pero bajo ciertas condiciones tales como un ahorro de 20 UF -entonces el estado subsidiaba 320 UF- y el resto debía ser cubierto por un crédito hipotecario otorgado por Banco Estado.
Lamentablemente y a la primera lluvia, las casas quedaron inundadas, con el tendido eléctrico inservible, entre otros riesgos e inconvenientes que debieron enfrentar estas familias en sus primeros años, luego de la entrega.
La situación de las casas: ayer y hoy
“Se sumaba haber recibido casas que se llovían, que ni siquiera estaban terminadas y que más aún tienen que construirla por ellos mismos, y sobre eso pagar un crédito hipotecario. Que sus vecinos se sientan apegados a esa propiedad privada es un milagro. El nivel de abandono que sintió esa gente con una vivienda que estaba a años luz de ser digna es lamentable”, comentó Ruiz Tagle.
A 16 años de su entrega, aún muchos de sus habitantes no han podido efectuar una ampliación por no contar con los recursos económicos. Actualmente, en su mayoría, buscan de forma organizada maneras de financiar el cambio de ubicación que tiene el sanitario en el plano de estas casas, problema que ocasiona incomodidades en el uso cotidiano dentro de las propiedades.
Para el académico e investigador, este caso deja diversos aprendizajes: “Las lecciones que se han sacado es una mejor capacidad constructiva. Por ese lado estamos muy bien. Pero por el lado de la individualización que genera el subsidio habitacional de promover un subsidio individual de promover un esfuerzo individualista de las personas en contra de una vida comunitaria en eso no hemos avanzado”, señaló.
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