María Luisa Méndez, académica del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC (IUET) y directora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), se encuentra trabajando en el proyecto «Trayectorias exitosas de movilidad social en el Chile contemporáneo: dinámicas individuales, territoriales y estructurales en el abordaje de la desigualdad de riquezas”. En la siguiente entrevista, publicada por COES, la académica comenta sobre los hallazgos de esta investigación, y la relevancia que la movilidad social tiene para la sociedad en su conjunto.

Prof. María Luisa Méndez, ¿qué es la movilidad social?

La movilidad social se refiere a la transición de una posición a otra dentro de una sociedad. Mientras que la movilidad ascendente implica ascender en la clase social, la movilidad descendente implica descender a un estatus inferior. Una trayectoria ascendente exitosa puede conducir a una ganancia económica, una ganancia simbólica y/o una ganancia en el poder de toma de decisiones. Estas transiciones tienen una cosa en común: el cambio de estado permite un cambio en el acceso. Las personas de mayor estatus tienen mayor acceso a recursos valiosos dentro de una sociedad. Y debido a su naturaleza multidimensional, el valor de un estatus superior también es inmensamente simbólico. Una persona de una clase alta tiene más probabilidades de ser reconocida y acreditada. Este hecho se suma a la desigualdad de oportunidades y obstáculos que enfrentan las personas de menor nivel socioeconómico y cómo se perciben a sí mismas.

¿Por qué es vital para una sociedad permitir o incluso fomentar la movilidad social?

Hasta hace poco tiempo, el concepto de meritocracia gozaba de bastante apoyo, en el sentido de que existía una adhesión relativamente compartida a la idea de que los recursos se distribuían en función del esfuerzo y el talento. Se aceptaron las jerarquías sociales porque seguían la creencia de que a quienes trabajaran duro se les ofrecerían más recursos. Actualmente, se está volviendo evidente que la meritocracia no está funcionando como se esperaba. La frustración de esta promesa vacía persiste en grandes grupos de la sociedad, especialmente en el Sur Global. Las personas que trabajan incesantemente se ven privadas de cambiar su situación mientras la riqueza se acumula en la parte superior, un hecho que a menudo se denomina el «ascensor roto de la movilidad social». Las tensiones políticas resultantes de estas dinámicas allanan el camino para el malestar a medida que se desacreditan instituciones políticas y sociales clave.

¿Qué obstáculos impiden la movilidad ascendente?

Las causas de la desigualdad de oportunidades son multidimensionales y complejas. Un obstáculo es la mayor competitividad dentro del mercado laboral. Las calificaciones de uno son aún más esenciales hoy que en el pasado. En segundo lugar, algunas industrias y sectores económicos están habitados casi en su totalidad por el grupo dominante, que tiende a reclutar a compañeros en lugar de personas fuera de su clase social. Una razón de esta tendencia radica en el desconocimiento de cuán subjetivamente una persona ve a otras personas. Una hermosa sonrisa en la imagen de un currículum representa, por ejemplo, poder pagar un costoso trabajo dental. Excelentes referencias implican una poderosa red a la que recurrir. Un comportamiento seguro de sí mismo durante una entrevista insinúa que el concursante fue alentado durante la infancia. Todos estos indicadores alimentan una sensación de confianza al contratar a esta persona en contraste con ser pionero con un ‘nuevo’ concursante.

¿Qué facilitaría una sociedad “amigable con la movilidad social”?

Si una sociedad se vuelve más consciente de los obstáculos como un fenómeno compartido y experimentado colectivamente, puede moldear activamente un entorno favorable a la movilidad. El sector privado y las élites económicas tienen un papel importante que desempeñar a este respecto. Planeamos compartir nuestros resultados, especialmente con los equipos de reclutamiento de las grandes corporaciones. Cuando vemos el proceso de reclutamiento a través de la lente de la movilidad social, los empleados y colaboradores con movilidad ascendente pueden incorporarse de manera más natural para ambas partes. La movilidad social no es simplemente el resultado de una educación de calidad o de oportunidades justas. Cuando consideramos los aspectos culturales y afectivos, se hace evidente cuán profundamente colectivo es este fenómeno. No podemos verlo simplemente como un viaje individual de una sola persona. La capacidad de ascender en la sociedad requiere que toda una comunidad actúe en consecuencia y abiertamente.

La brecha de riqueza es una “brecha de oportunidades”. La realidad es que las personas desfavorecidas apenas ascienden en su posición dentro de la sociedad. Por lo tanto, la desigualdad de la riqueza reduce significativamente la movilidad social ascendente y mantiene a las personas bajas sin importar cuánto lo intenten. Las personas son propensas a quedarse donde quiera que nazcan en el espectro de riqueza.

Las posibles soluciones incluyen iniciativas que fomenten los movimientos de individuos u hogares entre los estratos sociales y otorguen a los desfavorecidos el acceso a un mejor estatus social.

Fuente: «Movilidad Social: Entendiendo la pregunta de investigación de proyecto COES con María Luisa Méndez» del Centro de Estudios de Conflictos y Cohesión Social.

Entrevista | Académica María Luisa Méndez comenta investigación sobre la movilidad social