El área de Observatorio de Conflictos perteneciente al Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) realizó un análisis de todos los eventos de protestas registrados a nivel nacional en casi veinte medios escritos, durante un período marcado por la tendencia creciente de estas demandas sociales. Gracias a este estudio, hoy es posible categorizar estos fenómenos, perfilar a quienes protestan y conocer su impacto sobre nuestra institucionalidad.
En la conversación sostenida con el programa radial “Déjate caer” de Radio Infinita, el investigador posdoctoral y docente del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Felipe Irarrázaval, recordó grandes peak de protestas como HidroAysén, el movimiento estudiantil, la reforma laboral de 2014, distintas movilizaciones por la vivienda y a favor de la descentralización. También los movimientos feministas, de estos últimos años, y la transversalidad con que se apoya en Chile a las temáticas medioambientales.
Lo anterior para comentar las conclusiones del trabajo de análisis que realizó junto al equipo del COES. Un estudio que se enfocó particularmente en las demandas socio-territoriales, las “que son de carácter más local, y que podemos asociarlas a demandas por descentralización y temáticas socioambientales. En otras ocasiones, muy específicas, contra el desarrollo de un proyecto energético, por ejemplo, como en la minería, que es más común y recurrente”.
De esta forma, explicó que, “cuando hablamos de eventos de protesta, hablamos de acciones colectivas, donde más de una persona tiene una demostración en el espacio público”. Y en base a los registros en medios, comentó que, “efectivamente el período que tenemos analizado (a partir del año 2009) es más menos estable, con una tendencia creciente, y peaks muy marcados en cantidad de eventos de este tipo”.
Categorización de las demandas sociales
Por otra parte, el investigador mencionó que existe “un auge de gente que quiere participar en política, pero que no se identifica con la política institucional”. Indicó que, en el periodo, han existido “potestas de distintos tipos. Son movilizaciones que van. Desaparecen. Se vuelven a activar. Y que hay un tejido político en construcción. Y no solo por lo que pasa en el gobierno del ejecutivo en este momento. Ya se ha visto en grupos nuevos que han llegado al parlamento. También las gobernaciones regionales, el caso de Modatima, probablemente el más emblemático”.
Según Irarrázaval, los movimientos u organizaciones sociales que participan en estas movilizaciones tienen distintos repertorios de acción. “El evento de protesta es convocar a una marcha o una concentración, pero también hacen campañas de comunicación, procesos legislativos, judiciales”. Y mencionó, a modo de ejemplo, a Pascua Lama, para develar que sin la estrategia que se llevó a cabo en este conflicto territorial, no hubiese existido una la Ley de Glaciares, algo que muestra el impacto en la institucionalidad que han tenido ciertos eventos de protestas sobre algunos casos.
“Hay una expectativa en el proceso institucional que se está generando (…) cuando el proceso institucional no se ve legítimo y no logra incorporar debidamente las observaciones de parte importante de la población se van a dar otras medidas de presión social”, puntualizó.
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