La Dra. Darinka Czischke Ljubetic, académica especialista en vivienda y urbanismo con más de 15 años de experiencia internacional, fue parte de la jornada de investigación «La vivienda en perspectiva multidimensional y desafíos del cambio climático» convocada por el académico e investigador IEUT Javier Ruiz-Tagle, en el marco del estudio «Orientaciones para el diseño e implementación de un programa de cooperativas cerradas de vivienda en Chile», para el MINVU.

Durante su estadía en Chile realizamos una entrevista a la Dra Darinka Czischke para conocer acerca de su investigación y reflexiones, sobre las políticas de vivienda, el modelo cooperativo y cómo estos se ven atravesados por el cambio climático.

Cuéntenos acerca de la jornada de investigación junto al profesor Javier Ruiz-Tagle ¿qué le pareció? ¿Qué debates interesantes se plantearon junto a las y los asistentes?

-La jornada fue una instancia interesante donde se pudieron intercambiar experiencias y visiones sobre que se está haciendo en materia de investigación que vincula el cambio climático con la vivienda y en general con el desarrollo urbano. En la universidad tecnológica de Delft y en los Países Bajos en general, tenemos mucha investigación que cruza las disciplinas sociales tecnológicas y que busca encontrar soluciones holísticas a estos problemas que son complicados, donde no hay soluciones muy sencillas, sino que hay que considerar las distintas dimensiones.
Hablar de mejor nivel de calidad ambiental, inequidad, justicia social, como eso se ve de manera diferente en lo que llamamos el norte global y el sur global, y cuales son las interconexiones y las interdependencias. Qué pasa si por ejemplo en el norte global con el paradigma del decrecimiento, que está muy fuerte en este momento, qué pasa si eso tiene implicancias para el desarrollo que es necesario, que es importante para el sur global, cuáles son las implicancias para la justicia social. Entonces no solamente se trata de ver los aspectos espaciales, físicos, ambientales con una mirada específica sino que mirar también los efectos que esto puede traer para otras dimensiones de la vida humana.

¿Son considerados estos factores en las políticas de vivienda en Europa y la investigación asociada a ellas?

– Lo que vemos en Europa es que cada vez más se reconoce el gran impacto que tiene la construcción, mayoritariamente de vivienda, en el medio ambiente en todos los niveles, de emisiones, de consumo de producción, etc… entonces es inevitable pensar cualquier vivienda que se va a construir o se va a renovar, desde la perspectiva del impacto ambiental. En ese sentido, realizamos investigaciones que van desde cómo mejorar la calidad de vivienda que ya está obsoleta, que en el caso de Europa es la mayor parte de los edificios en general, y de la vivienda en particular son de mucha antigüedad, por tanto es necesario tomar decisiones en cuanto a; si se demuelen o si se restauran, y de hacerlo; cómo se hace, cuáles son las medidas a tomar para hacerlo de manera sostenible. Al mismo tiempo esto requiere involucrar a los usuarios, a los residentes, y ahí es que mi departamento que lleva el tema de gestión del medio ambiente construido, se involucra a través de modelos de tomas de decisiones que incluyen la visión y la participación de los usuarios. Entonces hay un tema muy multidimensional y muy complejo que requiere la participación de distintos actores.

La asociatividad es clave, da lo mismo si es que esto se trata de un comité de priopetarios privados de vivienda individual, o si es una cooperativa, por ejemplo, o un grupo de inquilinos de vivienda social, siempre se trata de traer a todo el mundo a la mesa y ponernos a discutir, cuáles son las ventajas o desventajas, cuáles son las formas de llegar a decisiones que beneficien a todos, que limiten el impacto negativo sobre algunos grupos, en particular aquellos grupos más vulnerables.

¿Durante los últimos años ha habido un cambio en el concepto de propiedad de las viviendas dentro de las organizaciones sociales? ¿formar cooperativas de propiedad colectiva y no individual?

-El modelo cooperativo de vivienda está surgiendo muy fuerte en varias partes de Europa, incluido los Países Bajos, porque es un modelo que tiene en su base, en su filosofía, la participación, el involucramiento de los residentes en todos los aspectos que tienen impactos en su calidad de vida en su organización social, en sus posibilidades de vivir una vida más sustentable, más equitativa.

La vivienda cooperativa tiene una historia de más de 100 años, es un modelo que ha probado ser muy resiliente, a lo largo de la historia y también de distintos contextos sociales. Y hay países donde se ha desarrollado un sector de viviendas cooperativas muy sólido que entrega vivienda adecuada, asequible, y con estándares de arquitectónicos , espaciales y ambientales muy altos. Es el caso de ciudades como Zurich, Viena, Copenhagen. En Barcelona se están realizando avances en ese sentido y en la ciudad de Amsterdam también hay unos pilotos, es decir, unos primeros casos de cooperativas que están entregando muchos beneficios en un contexto de crisis de la vivienda. Este es un tema en torno al que hay mucha discusión a nivel de redes, de actores sociales, de activistas, de investigadores y también de municipios que están interesados en aprender unos de otros, para levantar un sector cooperativo que ayude sobretodo a las clases medias en ciudades donde la presión por vivienda es muy fuerte. Entonces hemos visto que las lecciones de lugares en donde se ha mantenido un sistema cooperativo por largo tiempo, apuntan a que el apoyo a nivel local del municipio es fundamental para poder primero iniciar, luego desarrollar, expandir y sostener estos modelos.

¿Y en Chile?

-Esperamos que en Chile, ahora que hay oportunidades de empezar con un programa de apoyo a las cooperativas de parte del gobierno, esto también se refleje en un entusiasmo de parte de distintos actores sociales y de los habitantes, en conocer más cuales son los principios de una vida cooperativa, que no es solamente una forma de producir viviendas, sino que también una forma de vivir, y que a mi juicio, conlleva varias virtudes, varias ventajas para la vida en común en sentido amplio, no solamente dentro de un proyecto, sino que también virtudes que se asocian con una forma de convivencia que sea más tolerante, más abierta más solidaria, y esto puede interesarle a más y más personas, tal como está sucediendo en varios países europeos.

¿Cuáles son los principales obstáculos?

-Los obstáculos más importantes para desarrollar un modelo de cooperativo de vivienda tienen que ver con acceso a suelo , sobretodo en ciudades donde el suelo es muy caro, y es necesario en la mayor parte de los casos tener acceso a suelo municipal, o que el municipio, o autoridad competente entregue suelo a un precio reducido o genere condiciones para que estas cooperativas puedan acceder a suelo que les permita realizar sus proyectos. En segundo lugar está el tema del financiamiento, generalmente las cooperativas se financian con una combinación de fuentes, aportes privados, de gobierno o por último el fenómeno del crowdfunding y aportes privados de cada socio, tiene una construcción financiera que en cada contexto es distinto, pero los elementos básicos se mantienen. Cuando no existe un sector cooperativo, el gobierno tiene un rol iniciador que es muy importante para dar el punta pie inicial y ahí sobre todo que los privados, bancos por ejemplo, se integren y contribuyan, como los fondos rotatorios, que se prestan para iniciar y luego los socios van pagando el préstamo en condiciones favorables, es sustentable.

Entrevista | Darinka Czischke: “El modelo cooperativo de vivienda está surgiendo muy fuerte en Europa, porque tiene en su base la participación”