En los últimos años, Chile ha experimentado una creciente visualización de los niveles de violencia contra la mujer. En los medios se ha visto una amplia cobertura mediática por los casos de femicidios, pero esta es sólo una de las formas que toma la violencia de género. Las cifras oficiales indican que para el 2017 se consumaron 42 femicidios, 15 en la Región Metropolitana, y 7 de ellos en las comunas más pobres de la Región. El mismo patrón se repite al revisar los datos de denuncias por violencia física o psicológica. Con ello se advierte que, en Chile, en los sectores más vulnerables y marginalizados las mujeres están expuestas a mayores índices de violencia. Las condiciones estructurales e institucionales que subyacen a la organización y dinámicas de estos barrios asientan las bases para un contexto de hostilidad. Si además se considera el ser mujer, con la inequidad y desventaja social que implica, se agrava el contexto de riesgo al que están expuestas.
La presente tesis estudia las poblaciones Lo Hermida, en Peñalolén, y Yungay, en La Granja, desde una perspectiva de análisis del entramado institucional y su relación con mujeres que han sufrido violencia. Se postula que existe una cadena de precarización de recursos que lleva a que estas poblaciones sufran una negligencia institucional por parte del Gobierno. Esto, se suma a las condiciones de desorganización social propias de la marginalidad, que intensifican la violencia. Así, la falta de recursos para trabajar la prevención, las negligencias y desestimaciones por parte de los cuerpos de Carabineros, sumado a contextos barriales de individualismo y pasividad, hace que ser una mujer violentada en una población marginalizada sea aún más violento. Y la génesis del problema se puede encontrar en las contradicciones del Estado.
2017
Magíster en Desarrollo Urbano
ProfesiónSociología
PaísChile
Estado AlumnoTitulado