En las últimas dos décadas, las ciudades mexicanas han experimentado progresivamente la pérdida de seguridad en sus espacios públicos. El aumento de la violencia urbana en sus múltiples versiones, en conjunto con los medios de comunicación, han promovido significativamente la percepción de inseguridad en los ciudadanos ante un Estado que aparenta estar lejos de brindar una solución de raíz. Esta inseguridad, traducida en miedo urbano, ha tenido diversas reacciones por parte de los actores involucrados en el desarrollo de la ciudad, sin embargo, una de las principales respuestas ha sido la demanda de las personas por obtener viviendas en barrios seguros, que garanticen la suficiente libertad para desarrollar las actividades cotidianas sin ningún tipo de peligro. Dicha demanda, ha tenido su oferta.
Los promotores inmobiliarios han tenido la capacidad de leer adecuadamente tanto las necesidades como las aspiraciones de los habitantes de todos los grupos socioeconómicos. La seguridad pública ha dejado de ser un derecho para convertirse en una mercancía en México. Actualmente, el modelo de vivienda que predomina en la mayoría las ciudades es el condominio o barrio cerrado. Sin embargo, la proliferación de este modelo, apoyada por las políticas neoliberales mexicanas, ha estado reconfigurando la morfología urbana debido a que se están ubicando en áreas periféricas por la rentabilidad que representa; la consolidación en conjunto de estos condominios, están creando ciudades policéntricas que, lejos de ser eficientes, están construyendo ciudades horizontales y cerradas.
El caso de Culiacán responde en gran medida a esta lógica de reestructuración urbana, no solo por el hecho de mostrar la fragmentación urbana como tal, sino por los acontecimientos violentos que se han presentado a lo largo de las últimas décadas de manera alarmante. Actualmente, Culiacán es una de las ciudades más peligrosas de México y se pueden identificar dos posibles causas muy conocidas: la primera, por la presencia histórica del narcotráfico en la entidad, la cual, no había mostrado en sus inicios los verdaderos métodos para obtener los altos ingresos que lo caracterizan y la segunda, por la diversificación de los tipos de delitos denominados “tradicionales” que se han ido sofisticando con el tiempo. En este sentido, la presente investigación aborda desde diferentes métodos, tanto el procesamiento de la información involucrada con el actual desarrollo de la ciudad como el de la capitalización del miedo urbano en Culiacán, Sinaloa.
2016
Magíster en Desarrollo Urbano
ProfesiónArquitectura
PaísMéxico
Estado AlumnoTitulado