Cuando el mercado es el principal ordenador de los usos del suelo en la ciudad, y la provisión de parte importante de los servicios públicos depende del gobierno local, la segregación de los más pobres debilita la geografía de oportunidades de las personas, merma su capital social y cultural, y favorece los estigmas territoriales. Por el contrario, la proximidad residencial entre personas de diferente condición social favorece la integración a la ciudadanía social de los más vulnerables, atenuando esas consecuencias de la segregación.

Si la segregación de los espacios genera consecuencias negativas para los hogares de menores ingresos, corresponde entonces preguntarse cuáles son las posibilidades de revertirla.

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Cultura de cohesión e integración social en ciudades chilenas
Editor(es)

Guillermo Wormald

Alejandra Rasse

María Paz Trebilcock

Editorial

Colección de Libros Estudios Urbanos UC

Año

2013